SHARENTING
«Desde el momento en que los niños son concebidos, su información médica a menudo se comparte en aplicaciones de embarazo o en las redes sociales, y después de venir al mundo, todos sus datos de salud y educación son digitalizados, almacenados y muchas veces administrados por empresas privadas. A medida que crecen, cada instante de su vida diaria es monitoreado y transformado en datos digitales [...] Los datos de nuestros hijos se agregan, intercambian, venden y transforman en perfiles digitales, y se utilizarán cada vez más para juzgar y decidir aspectos fundamentales de su vida”.
(Veronica Barassi, 2021)
Una frase muy impactante, contenida en la obra de Barassi “I figli dell’algoritmo. Sorvegliati, tracciati, profilati dalla nascita” (Luiss University Press, 2021) en la cual la autora investiga
como el digital, con la ayuda de la
inteligencia artificial, está conduciendo a la datificación de cada huella
dejada por el individuo desde antes de nacer.
Las redes sociales, los asistentes domésticos virtuales, las plataformas educativas y médicas... estas son solo algunas de las fuentes de las que el capitalismo de vigilancia extrae información sobre los niños y crea perfiles digitales que se pueden rastrear hasta los individuos. Los padres, sin saberlo, contribuyen activamente al fenómeno de datificación de sus hijos compartiendo contenidos, fotos y momentos de la vida cotidiana en sus redes sociales, sin pensar en la privacidad del menor.
Es fundamental detenerse a pensar qué valores transmite la inteligencia artificial con la que interactúan nuestros hijos, cómo los está educando y con qué preconceptos culturales. Crear conciencia en los padres es una herramienta fundamental para tutelar incluso al menor y una oportunidad para crear un contexto protegido de crecimiento educativo con respecto al uso de la tecnología.
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